Ganador del prestigioso premio Prix Pictec (2009) por su serie Yangzte: The Long River (arriba), Nadav Kander, de origen británico, se presenta en The Flowers Gallery de Londres con Dark Line- The Thames Estuary.
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“I’m looking to be moved by the image and I hope for the viewer to recognize something of themselves in the image too.” Nadav
Este trabajo muestra una inclinación más paisajistica y quizás pintoresca que las anteriores. Al mirarlas me recuerda los mares de Turner, esas aguas oscuras que se pierden en el horizonte hasta el punto de parecer una fotografía abstracta.
Juega con diferentes tonos desaturados del paisaje, que sobresalen de la fotografía teniendo un aspecto texturizado. Aguas llenas de metáforas, de historias y batallas de todo aquel que las navegó.
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Un retrato y quizás autorretrato de lo que una vez comunicó. La idea de ser dipticos y tripticos, implica el paso del tiempo, aquello que a pesar de que sigue su ciclo perpetuo, cambia y se renueva. El tamaño de las copias invitan a identificarte con ellas, sentir el lugar psicológicamente.

Kander invita al fotógrafo a que mire más obras, en este mundo lleno de contenido visual donde nos bombardean las redes, y donde el no tener tiempo para nada abunda, nos menciona que tomemos el tiempo para visualizar aquello que nos gusta, que encontremos y desarrollemos la manera de expresar nuestro propio lenguaje en la foto, lo que nos hará únicos.
En una entrevista para #LensCulture Nadav aconseja :
“To do so in photography, you must look at pictures, work out what you like and what you don’t, and then figure out why you like something. Just by exercising your humanness (since this happens in more places than just the brain), you build a muscle. Eventually, you become quite clear on your own taste. That clarity is what allows a photographer to make decisions in the moment: what to take, why you’re taking it, how to print it and so on. The more muscular that muscle becomes, the better you become at what you do.”
“Para hacer fotografía, debes mirar las imágenes, resolver lo que te gusta y lo que no, y luego descubrir por qué te gusta algo… Finalmente, te vuelves bastante claro en tu propio gusto. Esa claridad es lo que le permite a un fotógrafo tomar decisiones en el momento: qué llevar, por qué lo toma, cómo imprimirlo, etc. Cuanto más muscular se vuelve ese músculo, mejor te vuelves en lo que haces “.